Aquella mañana sabía que me estaban esperando. Por eso pensé en no ir.
Me acomodé en casa y los recordé uno a uno.
Rememoré sus caras, sus cuerpos.
A algunos les presté más atención que a otros. Paladeé los buenos momentos pasados y me entristecí con aquellos en los que no supe alegrarme.
Pero todos están presentes en mí. A todos amé. Todos me tuvieron aunque no de la misma forma. Con unos me dí entera; otros tuvieron que esperar tiempos mejores.
Pero a ninguno le fuí infiél.
Comienzo sin embargo ahora a sospechar que entre ellos hubo celos.
Me acuerdo hoy del más hermoso. Aquél que prometió amarme por siempre.
Le arrancaron de mi vida una noche de primavera.
Porque tenía luz en los ojos. Tenía toda la juventud en el pecho. Y la inocencia.
No supieron los siguientes amarme tanto.
Pasó el tiempo. Fuí a ratos feliz. Me entristecí. Sentí la nostálgia. Amé. Reí. Soñé.
Y siguió pasando el tiempo.
Esta tarde de lluvia el cartero me visita. Trae mi vida encerrada en un sobre, arrugada, sobada.
Rasgo el papel y leo.
Es una cita
Son ellos. Todos.
Bueno, veo que hay uno nuevo. Lo sé por la firma.
Mis amores reunidos.
Me citan como todos los años, de día y en la calle. Lejos de los parques y de la noche oscura.
Me conocen bien. Iré al encuentro de todos. Veré el paso del tiempo en sus rostros. Me reconoceré en ellos. Los nombraré a todos y a cada uno.
¿Sabrán leer en mis ojos?....¿me encontrarán todavía hermosa?.
Al fin y al cabo sólo será un momento. Un breve encuentro. Un roce leve.
Luego hablarán entre ellos. Discutirán, brindarán por mí.
Y volverán a quedar todos juntos para el año que viene.
Al nuevo no le harán mucho caso. Saben que como ellos compartirá un tiempo de mi vida. Tiempo en el que sin duda dejará de amarme.
¿Cómo será el que me espera?.
Qué altura tendrá...qué nueva vida me traerá en sus manos?.
Me acerco despacio. Los veo a lo lejos. Están todos. Me miran. Me sonríen.
Habrá alguno que todavía me ame?
Ya estoy con ellos. Me abrazan. Me rodean. Me dicen que estoy guapa.
Pero hay uno que no me toca.
Es el nuevo. El alto. El que se acerca a mí y me mira.
El que me besa despacio.
El que me está enamorando.
El que desde ya me pertenece.
Y nos abrazamos delante de los demás.
No hay celos. Ellos me citaron aquí, lejos de los parques y de la noche oscura.
Porque me conocen bien. Y yo a ellos.
Por eso he venido. Porque les debo la vida.
Porque son mis años.
Mis amores.
Y ya voy por el treinta y dos.
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