Abro la maleta de los recuerdos dormidosy me saltan todos al corazón incendiándolo de nostalgia. La estación del amor me esperaba entonces colmada de andenes donde dejaste tu mercancía de ternura para que a mis ojos no les faltara nunca la luz.
Pero hoy, el paso del tiempo me pone otra escalera de amor, donde los peldaños huecos me conducen al sótano de la tristeza y la oscuridad del desamor más latente. Voy a seguir buscando la luz de las emociones, del sentimiento, del árbol imperecedero de la alegría donde anidan los pájaros de fuego.
Voy a apuntalar las paredes del corazón por si vuelven los terremotos. Esa alegría que bordeaba mis ojos casi al punto del desbordamiento, no sé en qué esquina del mundo la he perdido.
Quererse desde la diferencia es lo más parecido al amor. Aceptarnos desde el otro lado del cristal, desde el revés de la moneda, es lo más parecido a querer de verdad.
En este caso no me refiero a la marca de arroz. Mi amor está en urgencias, en primeros auxilios esperando un boca a boca que lo haga palpitar de nuevo con la misma fuerza que al principio....y es que el amor se me está muriendo lentamente....de inanición, desilusión, desidia y abandono. Necesito urgentemente un transplante de ternura, una cita bajo la luna, un abrazo prieto que estimule mi corazón. Necesito sentir que a parte de sangre algo más corre por mis venas. SOS...SOS...SOS...SOS.
Mis recuerdos de infancia tienen olor; a pino, a rosas, a manzanas verdes y a helechos altos y húmedos. Mis días de ayer tienen también sabor; a tardes de otoño volviendo de la escuela, a pan tierno con chocolate, a palotes y chicles donde encontraba consuelo mi desconsuelo infantil. Mi mirada hoy es un puente de días atrás, una pendiente por la cual desciende la vida sin manos a veces a trompicones tristes, a ratos con alegrías fugaces como las estrellas. Todo lo que perdí aparece ante mis ojos, aparece también para salvarme la sonrisa abierta de mi madre, como una flor- a.
Como campos cubiertos por la nieve, así son los cerezos en flor breves, efímeros, como la vida como el amor, como todas las cosas que nos importan y nos dejan su huella para siempre.
Los más afortunados regresamos al lugar de origen quejándonos, eso sí, de la brevedad del tiempo de ocio. Los peor parados regresarán tan solo al recuerdo de aquellos que un día los amaron. Por eso, sólo por eso, ellos permanecen vivos.
Porque el silencio en sí mismo ya tiene sonido y significado deberíamos convocarlo con más asiduidad. Son terribles los ruídos a los que nos sometemos diariamente en calles, bares, carreteras.... contínuos los gritos de la gente para expresarse alarmantes los decibelios en plazas y esquinas por donde asoman todo tipo de obras. Reivindiquemos el valor del silencio como regla básica para escuchar al que tenemos enfrente. Guardamos silencio cuando no sabemos qué decir, guardamos silencio ante los muertos, guardemos también silencio para los verdaderos sonidos que son los que nos van a marcar el camino en un mundo que no encuentra su voz. Guardemos silencio para que el propio silencio hable.
Se va el verano. Las estaciones nos cumplen, nos pasan, nos suceden; son como carruseles en días de feria, giramos y alcanzamos lo más alto para luego pisar suelo firme con más fuerza sabiendo que los sueños se quedaron prendidos en alguna perezosa nube. A través de las estaciones vivimos el curso de la vida con todo nuestro caudal fluyendo a borbotones.
Nos sobra prepotencia, envidia, rencor y falsa vanidad. También nos sobran todos los caminos que nos lleven a las malas formas, a la estupidez y al orgullo que nos hacen cada día más pequeños, tristes y grises. Vamos a luchar por lo que nos falta, por las sonrisas, la paciencia, la ternura y los nuevos valores, la cordialidad y las ilusiones que tanto nos engrandecen el alma. Busquemos de paso la sabiduría y humildad necesaria para comprender que estamos aquí de paso, y que todo lo que somos y tenemos puede cambiar en un sólo segundo por la fatalidad del destino.
Cuando sentimos que alguien no cumple nuestras espectativas nos sentimos engañados y dolidos; por lo tanto se me ocurre no esperar nada de nadie y así me veré colmada.
Si pudieramos dejar el alma colgada en una percha y el corazón aparcado por un instante en nuestra plaza de garaje estaríamos vaciándonos de lo que no se ve y a menudo nos duele tanto.
Todos los minutos y segundos que transcurren me hacen más alta y más consciente, me llenan de vuelos las horas y los días como si fuera un halcón deseando tocar el cielo. Creo que soñando se aprende a vivir. Ansío que viviendo no dejemos nunca de soñar.
Sabiduría es la calma de las cosas cotidianas; sentarse al lado del camino con la templanza y lucidez necesarias para ver cómo se esconde el sol entre las copas de los árboles sabiendo que aunque mañana pase lo mismo ya nada será igual.
Todos los días agradezco a la vida el sol que me da, Agradezco las mil formas de sentir las sonrisas que encuentro en el camino la tristeza que forma parte de mi ser y cómo no, el espíritu alegre que me legó mi madre. Todo ello hace que siga siendo quien soy a pesar de todo.
Cuando mi madre me regañaba, me llamaba túzara. Túzara es una palabra de orígen gallego que significa: Persona que no le gusta relacionarse con la gente; insociable. Persona bruta y poco razonable. Se me ocurrió mirar el otro día el significado de túzara y efectívamente ....me acordé de mi madre.
Los Reyes Magos de Oriente depositaron en mis zapatos un cuento precioso que hablaba de los puertos de Holanda. El cuento se llamaba " La isla de arena". Hablaba del amor y del desamor, de cómo una mujer pobre tiraba su anillo al mar y al cabo del tiempo, rica y ante una mesa llena de manjares, encontraba el anillo en un pez que se le ofrecía para comer.
A veces pienso que las cosas son así....lo que no nos sirve en un momento dado, nos viene devuelto como un boomerang a lo largo de la vida para darnos una segunda oportunidad.
El tiempo interior es el que me define el que encuentra mi corazón cuando late. El tiempo interior recorre mi alma lentamente sin prisas, sin autopistas que lo lleven al infinito.
Mi tiempo interior es un paseo entre amapolas y trigo entre campos de lavanda y tomillo.
Cuánto nos cuesta sonreir sin motivos que nos lleven a ello. Pero es necesario una sonrisa para crecer para alejarnos de la triste máscara de la soledad.
Cierro los ojos y pienso en lo que significa la ternura. Para mi es un color: blanco y un sonido materno de agua. La ternura me sirve para mirar la vida desde otra altura, y no caer.
Hay que tener coraje para salir del túnel cuando se ha apagado el sol, pero no cometamos el error de confundirnos poniéndonos una coraza para protegernos del dolor.
Las emociones nos dejan desnudos frente al otro, y sentimos que somos vulnerables. Las emociones nos aniquilan el corazón por completo y quedamos desprotegidos por lo inermes. Reivindico la emoción como manera de situarme en el mundo, como única forma de entregarme al amor. Un corazón sin emoción, ya lo he dicho, es sólo un músculo roto.
¿Quién no ha sentido el impulso de salir corriendo cuando algo nos hiere demasiado?. Lo difícil es permanecer donde uno está y convertir ese impulso en un espejo que nos devuelva la patética imágen de nuestra alma huyendo de sí misma.
A veces, cuando salimos al mundo nos cruzamos con seres opacos que nos arrebatan el brillo. Pero sólo una vez, algo nos hace detenernos un instante. Es el fulgor que perdimos... renovado como un racimo de luz nos crece en los ojos multiplicado.
Fueron tantas cosasdesde la infancia hasta hoy, todos los abrazos no dados, los besos a punto, las palabras nunca pronunciadas, los intentos agolpados de ternura que se perdieron pory para siempre.
Todo pendiente para otro día, para otro momento que nunca se volvió a dar. No nos damos cuenta que las cosas y la vida se nos van....
Vuelven a mi memoria aquellas tardes en las que regresaba de la escuela y mi madre me recibía con la merienda preparada mientras en la radio sonaba:
"Yo soy aquel negrito del Africa tropicál......
Me parecía entonces que nada malo podía suceder, que ningún dolor sería lo suficientemente grande. Y me equivoqué. Tal vez sea por eso que mi memoria hoy se puebla de los días de ayer...de los días de siempre.
Todos los brotes son poco para mis ojos hambrientos de primavera. Arboles encendidos, campos inundados caminos de blanco que me indican que abril está anunciándose cada día un poco más.
Sobre una superficie densa como mi corazón envuelto en sangre, veleros zarpando hacia otros mares más caudalosos velas blancas al viento, soltando lastres para mejor navegar...y cómo no, para arribar en puertos más pequeños y luminosos.
Me enfadaba muchísimo cuando pasaba el carro del lechero y rompía el hechizo blanco de la nieve. No sabía entonces que la vida es como ese carro que nos pasa por encima partiéndonos la inocencia y los sueños más puros.
¡Necesito un campo inmenso donde mullir mi alma al sol para recuperarla de la tristeza. Necesito volver a la tierra a los puentes viejos y a los molinos, a los zarzales antíguos y a los pinares, a los días felices de infancia para recobrar el primer latido la emoción primitiva del sol en la piel enseñándome también el primer dolor. Necesito toda la lluvia para ablandar las costras adheridas al corazón ...Volver al camino desnuda, desposeída agarrada de la mano del aire y de la luz.
Con mi amor te estoy diciendo arco-iris pájaros, campana, madera, caserío, puentes corazón, santuario, jardín, silencio, patio hierba y amaneceres tibios. Con mi amor te estoy ofreciendo lluvia verde, infancia, luz, arena, fuentes claras y caminos.
Con mi amor te estoy pidiendo flores blancas chimeneas, mantequilla y café estrellas, sábanas, arrullo, horas ropa tendida, vino y canciones. Con palabras sencillas nuestro amor se engrandece y nuestra boca las pronuncia despacio meciéndolas entre los labios como si fueran niños en su hora de siesta. Nuestro amor se ve en lo alto de los ojos porque ha surgido del viento se ha instalado en mi casa cubriendo todos los huecos y no tengo miedo de abrir las ventanas. Nuestro amor tiene hoy el sabor de las manzanas que salvaron a Guillermo Tell ...Y cuando digo refugio digo rumbo para tu vuelo ...y cuando te nombro sólo digo una palabra sencilla que me engrandece la vida.
Calladamente apareces amor de puntillas, casi volando. Como en un sueño tibio de color filtras tus pasos burlando la noche. Y todo sería hermoso si al abrir los ojos no hallase el color blanco de tu ausencia y el sueño roto esperándome.
TXIRIBIT es el primer libro que tuve en mis manos y del que siempre me acuerdo. Lo he intentado localizar en antiguas tiendas de libros pero me resulta imposible. Sin duda el nombre de esta blog es un homenaje a mi infancia, a los libros, a los poemas, a todo aquello que me ayuda a vivir.