A punto de cumplir los 32- Madrid-

21 junio 2011
32 años pueden ser muchos años. No lo sé; yo todavía tengo 31 hasta el domingo.
Pero empiezo a sentir el tiempo de otra manera. El tiempo retenido, agolpado, vivido y por vivir. Acaso influya en todo esto el cambio de vida, de ciudad, de amigos...pero qué es todo ello sino una consecuencia también del tiempo?

La época de los veinti... es sin duda hermosa, pero también hiriente, incompleta, insatisfecha y huérfana. Cuando somos jóvenes tenemos la luna, pero nos falta su brillo para encontrar el camino de regreso a la Tierra.

A partir de los 32 años la gente y tu propia familia, empieza a hacerte más caso. Se debe a la madurez. Como la fruta que se ha ido haciendo a base de estar verde y en el árbol; de no tocarla, de no cercarla.
Nosotros maduramos sin árbol fijo y en más de una rama. Nos tocaron todo lo que quisieron, pero nadie entonces supo acariciarnos. Y nos pusieron más de un cerco delante. Delante de la voluntad, del ansia, del alma.
Maduramos tarde y como pudimos. Nos hicimos mayores.

Y sin embargo es en este tiempo de madurez cuando más me acuerdo de la infancia. Cuánta felicidad descubro hoy en ella. Repaso los recuerdos y me encuentro en aquellos años, en aquella niña rebelde y cariñosa que hoy todavía me acompaña.
Recuerdos de pueblo; de olores, de colores. Esencia de la vida que a punto de cumplir 32 años busco, evocando el tiempo pasado.

Dicen que a partir de los 32 todo es más fácil. La vida está más hecha; más asentada. Como la masa del pan.
Sólo que este pan a veces es duro; muy duro y cuesta meterle el diente; hallar un trocito blando que se deje morder.
Porque hay hambre, mucha hambre de este pan que es la vida. Y yo como tantos sólo aspiro a que la vida me pase dulcemente, tranquilamente; como un rio lento y armonioso.

Yo como tantos otros sólo ansío la paz;
la paz de un tenderete lleno de ropa secándose al sol.
La paz de una casa a la que siempre regresar;
la paz de un día lluvioso y un paisaje verde.
La buena paz de la gente que solo quiere vivir en paz.

32 años pueden ser muchos años. No lo sé; yo todavía tengo 31 hasta el domingo.

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