13- 12- 1995

08 junio 2011


Te acercaste despacio hasta el lecho
y bajo el velo florido de tu indiferencia
renació mi amor.
Todas las mañanas se abre el balcón de mi pecho
cuando alguien dice tu nombre, y yo,
no sé cómo calmar esta ilusión que nace entre sábanas blancas.

Ayer te besaron en el jardín
y un amasijo de nieve se aposentó en mi ventana
aterida sollozé, porque su frío quemaba.

Si por tocarme las manos
has robado de mí la calma
no miren tus ojos divinos mi boca,
que entre la dolorosa niebla del llanto te llama.

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