Yo sé que detrás de aquella montaña
hay un camino que conduce a una llanura,
y detrás de la llanura un desnivel de sombras me espera.
También sé que en la noche
los ruídos del viento parecen demonios arrastrando nubes
y rompiendo lanzas;
que para llegar al sol
hay que atravesar una estación entera de lluvia
y rogar a Dios.
He comprobado que la sal del mar de mi memoria
abre llagas en mi piel
y por la sangre se cuela hasta pudrirme el corazón.
Pero aun así, quiero llegar a esa montaña.
Estoy cansada de imaginar la luz
estoy dolida de ver el mar
estoy vencida en el puerto de la ilusión.
El escondite del sol
Hace 14 años
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