Las manos de mi abuelo eran grandes, fuertes y las recuerdo nervudas como un tronco.
Hizo su casa de piedra con las manos y con las mismas acarició a sus hijos.
Mi abuelo tenía los ojos azules como el mar que no tuvo, pero en su mirada las gaviotas volaban.
De mi abuela sólo sé su nombre: ELVIRA; murió a los 30 años y aunque no la conocí, intuyo que su alma era grande y fuerte como las manos de mi abuelo.
4 comentarios:
¿Qué tenían aquellas generaciones? Eran robles asentados en una vidas muy duras.
Meu avó tamén foi canteiro.
Bicos.....
El apego a la tierra era una pura necesidad, sobre todo porque un trozo de sus vidas se la dejaban en ellas.
He usado su foto para la cabecera de mi blog-album "Manos sobre manos" (http://kamilospmanos.blogspot.com.es/). Espero que no le moleste. Un cordial saludo.
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