Decías que el amor bastaba para ver el mundo de otro color pero no dijiste que era desamor lo que dejabas en mi almohada cada vez que tus ojos no me miraban.
Nadie te va a decir nunca lo que te amé
y si pasas algún día por mi calle, me asomaré
a la ventana para que no olvides el color de mi sonrisa.
Todos las horas que dediqué a pensarte
se me amontonan hoy entre las hojas del parque
en este otoño vencido donde tu recuerdo yace.
Nadie te va a decir nunca lo que te amé
y si pasas algún día por mi calle, me asomaré
a la ventana para que no olvides el color de mi sonrisa.
Todos las horas que dediqué a pensarte
se me amontonan hoy entre las hojas del parque
en este otoño vencido donde tu recuerdo yace.
1 comentarios:
Bueno, Marian, te voy conociendo y cada día me sorprendes más.
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