Me cuesta tanto

02 diciembre 2011




Me cuesta a veces vivir, lo confieso.

Cuando encuentro paredes en vez de personas,
cuando es carencia, ausencia y distancia lo que ofrecen, cuando nadie es capaz de soportar una mirada sin ponerse el buzo de la desconfianza y el miedo.

Me cuesta vivir, lo acepto.

Cuando no ven a la niña que me habita,
y dan por sentado lo que siempre está de pie,
mi corazón alzado, como una bandera, como un grito, como una buganvilla buscando la luz.

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