Me cuesta a veces vivir, lo confieso.
Cuando encuentro paredes en vez de personas,
cuando es carencia, ausencia y distancia lo que ofrecen, cuando nadie es capaz de soportar una mirada sin ponerse el buzo de la desconfianza y el miedo.
Me cuesta vivir, lo acepto.
Cuando no ven a la niña que me habita,
y dan por sentado lo que siempre está de pie,
mi corazón alzado, como una bandera, como un grito, como una buganvilla buscando la luz.
Cuando encuentro paredes en vez de personas,
cuando es carencia, ausencia y distancia lo que ofrecen, cuando nadie es capaz de soportar una mirada sin ponerse el buzo de la desconfianza y el miedo.
Me cuesta vivir, lo acepto.
Cuando no ven a la niña que me habita,
y dan por sentado lo que siempre está de pie,
mi corazón alzado, como una bandera, como un grito, como una buganvilla buscando la luz.
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