LAS ULTIMAS CEREZAS

17 septiembre 2010

Nos miramos como si fuera la primera vez
pero las dos supimos que era la última.
La ternura de sus ojos me desarmó, asoló mi alma por completo.
Hay dolores que se anteponen a la ausencia.

Yo le había llevado cerezas por la mañana, rojas...grandes...
apenas consiguió comer dos mientras me miraba.
Fueron sus últimas cerezas y mi primer dolor.

1 comentarios:

Paula dijo...

El amor lo paraliza todo.


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