Voy a apuntalar las paredes del corazón por si vuelven los terremotos.
Esa alegría que bordeaba mis ojos casi al punto del desbordamiento,
no sé en qué esquina del mundo la he perdido.
Esa alegría que bordeaba mis ojos casi al punto del desbordamiento,
no sé en qué esquina del mundo la he perdido.
2 comentarios:
La alegría se ausenta en el desamor.
Ese apuntalamiento es un claro signo de que aún palpita el corazón.
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